Mañana se realizará la misa de clausura del Año Jubilar a las 20 horas en la Catedral Basílica.

El El Arzobispo subrayó que la celebración del sábado será una oportunidad para dar gracias por todo lo vivido y reconocer el trabajo de los equipos que participaron activamente, pero también para mirar hacia el futuro.

26/12/2025Clodomira.arClodomira.ar
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El Arzobispo de Santiago del Estero y Primado de la Argentina, monseñor Vicente Bokalic Iglic, invitó a la comunidad a participar de la misa de clausura del Año Jubilar 2025, que se celebrará este sábado 27 de diciembre a las 20 horas en la Catedral Basílica.

Durante una conferencia de prensa, monseñor Bokalic destacó el carácter particular de este Jubileo, al que definió como “un tiempo de gracia muy especial”, convocado por el papa Francisco y que culmina bajo el pontificado del papa León. Señaló además que la clausura del Jubileo se realizará este fin de semana en todas las iglesias diocesanas del mundo, en el marco del llamado Jubileo de la Esperanza. “El objetivo fundamental de este año fue renovar la fe y la esperanza, propiciar un reencuentro con Dios, con su amor, con la vida, y volver a experimentar su misericordia”, expresó el Arzobispo, al tiempo que remarcó la intensidad de las actividades desarrolladas tanto a nivel diocesano como universal. En ese sentido, valoró la participación de numerosos grupos y sectores que vivieron su propio jubileo a lo largo del año.

Monseñor Bokalic subrayó que la celebración del sábado será una oportunidad para dar gracias por todo lo vivido y reconocer el trabajo de los equipos que participaron activamente, pero también para mirar hacia el futuro. “El jubileo no se termina aquí. Se cierran las puertas como signo litúrgico, pero no se cierra lo que hemos vivido. Por el contrario, queremos que sea una nueva corriente de vida y de esperanza para nuestro pueblo”, afirmó. Finalmente, anticipó que la clausura tendrá un fuerte acento pastoral, en continuidad con las orientaciones diocesanas asumidas en los últimos años, especialmente el llamado a consolidar una Iglesia en estado de misión: una Iglesia abierta, cercana, que salga al encuentro y preste especial atención a las periferias geográficas y sociales. “Estamos todos convocados a esta misión: sacerdotes, obispos, catequistas y todo el pueblo de Dios”, concluyó.

 

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